Una de las claves fundamentales que pretendemos la mayoría de entrenadores antes del comienzo de un partido, es dominar en el juego interior, porque suele ser sinónimo de victoria. El control del rebote, el poder anotar cerca del aro para hacer mejorar los porcentajes de tiro, cargar de faltas a los hombres altos rivales e intimidar cerca de los tableros, son algunas de las razones principales de la importancia del juego cerca de los aros.
Si todo esto lo trasladamos a un partido entre Real Madrid y Barcelona en donde la nomina de jugadores interiores por ambos equipos es impresionante, la batalla en el juego interior es fundamental. La anotación está en Tomic y Lorbek, el poder reboteador en F. Reyes y Perovic, la intimidación en Fischer o Fran Vazquez, además del tiro exterior de Mirotic y Morris, hacen un duelo sensacional por la supremacía en el juego interior.
En el encuentro del Sábado el Real Madrid fue el ganador de esta batalla y a la larga del partido. Los buenos movimientos entre postes, tan importante el jugador que tiene el balón en el 1x1 como el movimiento sin balón del otro buscando las espaldas, es algo que suele hacer muy bien el equipo blanco. Los pick-roll entre Prigioni y Tomic en momentos claves del partido dieron puntos del Croata como consecuencia de sus buenas continuaciones y los pases del argentino. Además el Real Madrid abusó del "Doble arriba", movimiento jugado casi siempre con Tomic y alguna que otra vez con Mirotic para sacar ventajas y castigar al Barcelona.
En definitiva, los pivots del Madrid anotaron 31 puntos, forzaron 15 faltas a su rival y obtuvieron una valoración de 34 en conjunto. Por su parte los del Barcelona se quedaron en 23 puntos, 10 faltas forzadas y 27 de valoración. La diferencia no es mucha pero suficiente para ganar esta batalla bajo los aros.
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